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2º Formación en Terapia Gestalt. Recursos

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  15. SUEÑOS, DUELOS Y FANTASÍAS (II)
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Para la Teoría de la Terapia Gestalt el contacto entre el organismo y el entorno se organiza de distintas maneras, según la necesidad que el campo puede sostener en un momento dado. Estas distintas modalidades que toma el contacto requieren de un factor fundamental que organiza, dirige y construye la dinámica de la vida misma de este dúo organismo/entorno. A este “sistema de contactos” en nuestra teoría lo llamaremos “Self”. [1]

Vamos a llamar el “Self” al sistema de contactos en cualquier momento…

El Self es la frontera-contacto en actividad; su actividad consiste en formar figuras y fondos.

(…) el Self es precisamente integrador; es la unidad sintética, como dijo Kant. Es el artífice de la vida. Sólo es un pequeño factor en la interacción total organismo/entorno, pero es él quien juega el papel crucial de descubrir y construir los significados mediante los cuales crecemos. [2]


9.1. Las funciones parciales del Self

Tenemos una idea arraigada acerca de lo que consideramos “Yo”. Self en nuestros términos. Al evocar esta palabra formamos probablemente la idea de un contenedor, donde se van acumulando los aprendizajes y experiencias de la vida. Ésta como veremos será una de las consecuencias del funcionamiento del Self. Otra idea común ante esta palabra es la de un “personaje”, el conductor o el “alma de la máquina”, esta forma de concebir el Self, lo convierte en un objeto espacial, una cosa, alejándonos de la profundidad de la explicación.

El Self no es, para nuestra teoría, un lugar (una tópica, como pretendió en su momento Freud) o una cosa (como en los ejemplos anteriores), sino que es un fenómeno temporal. Por eso decimos que toma diferentes modos o formas de funcionamiento en diferentes momentos, que vamos a describir a continuación. También por eso decimos que el Self, sistema de contactos, solo aparece como función, cuando hace falta para algo y en un momento dado.

Así pues, el funcionamiento de este sistema de contactar que es el Self, toma diferentes formas, que llamaremos “funciones parciales” del Self. Cada una de ellas es un modo de organizar el contacto en situaciones muy diferentes.

Según la necesidad del contacto se dan paso una a la otra en el tiempo, en una dinámica compleja que, para fines didácticos, vamos a simplificar, asignando cada una a su correspondiente fase del proceso de contacto.

9.2. La Función Ello (Id)

Es el modo de funcionamiento del Self en el que la forma de contactar es difuso, abierto, no concreto. Así podemos captar las necesidades actuales, los deseos que brotan del momento, las situaciones inacabadas del pasado que nos piden algo, las pulsiones, los movimientos que buscan “algo” todavía no definido, todo lo que empuja y tiene una dirección. Podríamos decir que el Ello es una dirección de sentido.

En ese momento el cuerpo está en primer plano, por eso decimos que la función Ello se manifiesta sobre todo a través y por el cuerpo. Así que, si atendemos a las sensaciones corporales, podemos acceder al Ello, pero las sensaciones no son el Ello, a partir de la sensación corporal podremos deducir o comprender el deseo o la necesidad del organismo.

No accedemos a la función Ello independiente o directamente, porque para nombrarla o reconocerla tenemos que usar la función Personalidad. Son las funciones Personalidad y Yo las que modulan la forma de satisfacer el Ello. Podemos decir que es la función más efímera, pero también la más importante para la psicoterapia.

Es predominante en la fase de Pre-contacto.

9.3. La Función Yo (Ego)

Es un el modo de hacer contacto en el que se define el qué y el cómo. Con esta función, el Self deduce de las señales corporales, cuál es la más importante y qué necesidad hay que cubrir. A continuación, identifica qué posibilidades hay en el entorno para satisfacer la necesidad que está surgiendo y, entre ellas, va eligiendo la que parece más adecuada. Al hacerlo, deja (aliena) otras posibilidades, las descarta: es la función del (lo que escojo para ir formando la figura) y del no (lo que se queda en el fondo). Decimos así, que el trabajo de la función Yo es la identificación y alineación.

Es la función predominante en la fase de Toma de contacto, en la que se va organizando y aclarando la Figura. Para realizar este trabajo el Yo tiene dos facultades, son las dos “funciones del Yo“.

La primera es la Orientación, la capacidad para discriminar, elegir y rechazar de entre todas las opciones la que en este momento es prioritaria para el organismo. Para que tenga lugar esta función en condiciones adecuadas, la experiencia ha de haber sido llevada con claridad en el pre-contacto, las funciones perceptivas y de formación de figura han de haber culminado. De esta forma la orientación se realiza desde un contacto afectivo, así, la emoción carga de contenido el contacto.

La segunda función del Yo, la de Manipulación, es la consecuencia inmediata. La conciencia racional, a través de los aprendizajes, de los esquemas, de las asociaciones, elabora fórmulas para lograr lo que necesita en un medio en el que los recursos son limitados y competitivos.

Así que podemos deducir de lo anterior, la interacción constante entre la función Yo y las funciones Ello y Personalidad. Tanto es así que, según Isadore Fromm, si la función Personalidad o la función Ello están perturbadas, se perderá la función Yo. Cuando la función Yo está perdida, el sujeto no puede dejar de hacer lo que hace, ha perdido su libertad. Pero esa pérdida no es definitiva, en un momento se puede tener y en otro no. Una clave para saber que la función Yo está activa es que la persona debe poder elegir, debe ser consciente que existen al menos dos posibilidades.

Pero puede parecer que la función Yo está activa y no estarlo, por ejemplo, parece que se ha hecho una elección, pero a lo mejor no es así. Para saberlo, hay que analizar cómo se ha elegido y si se han explorado las otras opciones. Por ejemplo, en una elección neurótica, en lugar de la función Yo, puede estar actuando una proyección.

9.4. La Función Personalidad

La tercera función parcial del Self es la función Personalidad. Al llamarla de este modo se establece una referencia y también una posible confusión.

Podemos entender la Personalidad como una estructura, un almacén de datos vividos, experiencias, aprendizajes, del cual estamos recuperando continuamente información, y a la vez vamos incorporando nueva. En psicología es ésta la definición más simple de Personalidad y hemos de tomarla como válida aquí, para no generar confusiones innecesarias.

Incluso en nuestro texto de referencia, se le da a la palabra este significado en muchas ocasiones, veamos algunos ejemplos:

La personalidad es una estructura creada a partir de estas primeras relaciones interpersonales precoces y, habitualmente, durante su formación ha habido ya la incorporación de una gran cantidad de material ajeno, no asimilado o incluso no asimilable (lo que hace, evidentemente, que los conflictos posteriores entre el individuo y la sociedad sean aún más insolubles).

En cierta manera, es útil definir la personalidad como una estructura de hábitos de lenguaje y considerarla como un acto creativo del segundo o tercer año de vida. [3]

O bien el individuo normal evita cuidadosamente ser consciente de esta guerra feroz que mantiene dentro de la personalidad. [4]

Pero ¿por qué entonces la llamamos “función Personalidad”? La respuesta es su dinámica, su funcionamiento, la acción que está implícita en la definición anterior. Así, no vemos la personalidad como un mero depósito, un banco de datos o una biblioteca, sino que es la función por la cual se crea esa estructura y se va modificando con el tiempo, con las experiencias significativas, con los contactos.

La Personalidad es la figura creada en la que el Self se convierte y asimila al organismo, uniéndola con los resultados del crecimiento anterior. [5]

Es también el modo de contactar que recupera la experiencia anterior, dota a la novedad de alguna referencia y nos ayuda a disponer el organismo del modo adecuado para la nueva situación. Nos apoyamos en ella ante la pregunta ¿quién eres?, para construir la representación sobre uno mismo, la idea de mí, lo que pienso que soy, más o menos acertado.

Es predominante en la fase de Post-contacto, cuando ya se ha dado la incorporación de lo nuevo y hay que asimilarlo, convertirlo en algo propio.

…la Personalidad es, esencialmente, una réplica verbal del Self, es lo que contesta a una pregunta que se nos haga o que uno mismo se plantee. [6]

En gran medida, la personalidad se forma en contacto con los demás, es el Otro, la cultura, la sociedad, el grupo…, quienes van dotándome de una imagen de mí mismo, de un significado y de una definición.

La Personalidad es el sistema de actitudes asumido en las relaciones interpersonales, es la asunción de lo que uno es y lo que sirve de base a partir de la cual se podría explicar el propio comportamiento si se nos pidiera una explicación así.

Una consecuencia de esta relación con lo social es que la personalidad incorpora contenidos ajenos que no siempre funcionan bien.

El resultado del contacto social creativo es la formación de la personalidad: las identificaciones con el grupo y las actitudes retóricas y morales válidas. El Self parece formar parte del “Tú” en el que se ha crecido. [7]

La moralidad, tanto en su aspecto de evaluación como en el de prejuicio, es parte de la personalidad. Las lealtades también se encuentran aquí, las que nos ayudan a sentirnos parte de algo, pero también las falsas lealtades, que nos encadenan a personas, actitudes, creencias, etc., que ya no nos sirven. También las actitudes retóricas, “la propia manera que tiene uno de manipular las relaciones interpersonales; se la puede observar si se centra uno en la voz de alguien, en su sintaxis y en sus modales.” [8]

La función Personalidad produce problemas, al ser la función más estable, crea fijaciones, rutinas y costumbres que dificultan percibir la función Ello, de modo que la persona puede quedar identificada con lo que ya sabe del mundo y de sí misma. Al tener representaciones de todas nuestras experiencias, puede impedirnos contactar con la novedad, produciendo prejuicios, sesgos, y esto puede llevarnos a la inmovilidad, si no vemos nada nuevo o tenemos prejuicios sobre ello, deja de tener interés. Si esto pasa, la personalidad acaba organizando la experiencia neurótica, anulando la función Ello y usurpando el papel de la función Yo.

Una característica del buen contacto es la de ser creativo y dinámico, abierto a lo nuevo, a lo nutritivo y básicamente activo, pues debe producir una asimilación. Es decir, cuando el organismo, motivado por una necesidad o por un deseo, se encuentra con su entorno, en la frontera de contacto donde se da la experiencia, debe descubrir alguna acción para conseguir lo que quiere, enfrentando las dificultades. Este proceso se resume en el concepto de “ajuste creativo (o creador)“.

El contacto tiene una naturaleza temporal, nunca se repiten las mismas condiciones del organismo, del entorno, o más probablemente, de ninguno de los dos. La respuesta que sirvió en una ocasión no tiene por qué ser la adecuada en la siguiente, el organismo deberá poner en marcha de nuevo sus funciones de orientación y manipulación para conseguir ajustarse exitosamente a la situación. Pero si no se puede aceptar esto, por una identificación con partes de la Personalidad, se darán soluciones antiguas a situaciones nuevas, produciendo un “ajuste conservador“. A más ajustes creadores, menos activa la función Personalidad, porque menos cosas fijas hacemos y no sabemos muy bien quiénes somos, no sabemos cómo definirnos. En circunstancias ideales, el Self no tiene mucha personalidad. Es el sabio del Tao que “es como el agua”, que adopta la forma del recipiente. El incremento de! crecimiento y de! aprendizaje, después de un buen contacto, es seguro pero pequeño. [9]


[1] “Self en inglés se traduce literalmente como “Yo” o si mismo, pero en nuestra teoría va a reservarse esta expresión para significar el “sistema de contactos en cualquier momento”, dejándola en inglés para así usar el término “Yo” con otro significado.

[2] PHG II. 1, 11

[3] PHG II 7. 1

[4] PHG II 6.3

[5] PHG II 10, 5

[6] PHG II 10, 8

[7] PHG II 13.6

[8] PHG II 13.8

[9] PHG II 13.9